Relaciones laborales en el Municipio
de La Costa.
Este conflicto quedó fielmente reflejado en el documento periodístico de Eduardo Arias quien logró reportear a J.C López “in situ”, cuando se encontraba solo en la delegación rodeado por 8 patrulleros y gran cantidad de curiosos.
Agradecemos a Eduardo Arias su autorización para la reproducción del audio.
Tras activas gestiones con el comisario y otras autoridades, López desistió de su actitud y fue conducido a la seccional pertinente en calidad de detenido, ignorándose la carátula de la actuación judicial.
Simultáneamente con la
resolución del caso de Mar de Ajó Norte, salta a la luz un reclamo parecido en
la Delegación de La Lucila. Si bien pareciera que la causa originaria fuera
diferente, otro empleado municipal presenta su queja sobre los magros salarios,
el maltrato de los trabajadores, las arbitrariedades de los delegados y el uso
indiscriminado de la exclusión de beneficios (horas extras, bonificaciones,
etc.) como coacción.
Paula Scholl, La Posta de La Costa logró dialogar con Lola la esposa del
empleado municipal.
Comparativamente con el
caso López no se perciben grandes diferencias en el trato de los empleados
municipales aunque en este caso se atribuye a diferencias en partidismo
político, ya que se justificaron las sanciones por la militancia de su esposa
Lola en las filas de “Cotoco” García.
Lola describe con
precisión las irregularidades laborales en las que se incurre cotidianamente;
no sólo en la distribución del trabajo sino en los “arreglos” particulares de
una pequeña camarilla que disfruta de un salario inmerecido. Cobrar unas 80 “horas
extras” por disfrutar del asado sabatino vendría a ser uno de los premios
mayores del régimen laboral.
Carencia de cobertura social, de ART, de servicios médicos adecuados así como desarrollar tareas poniendo en riesgo la integridad física cuando se desplazan obreros en palas mecánicas o conducir vehículos de gran porte “flojos de papeles” sin patente ni seguro, son habituales y considerados como práctica corriente y “normal”.
Carencia de cobertura social, de ART, de servicios médicos adecuados así como desarrollar tareas poniendo en riesgo la integridad física cuando se desplazan obreros en palas mecánicas o conducir vehículos de gran porte “flojos de papeles” sin patente ni seguro, son habituales y considerados como práctica corriente y “normal”.
La comunidad estaba
atenta, algunos tenían la expectativa de que estos dos hechos fueran la exteriorización
de la reacción necesaria para corregir estas inconductas administrativas. Fue
en vano, la exteriorización de estos conflictos fue sólo una pequeña crisis
convulsiva en una sociedad muy enferma.
El 09/10/2015 nos
comunicamos nuevamente con J.C. López; nos confirmó que la Municipalidad lo
había suspendido por su actitud durante un mes.
López aclara que sigue desempeñando sus tareas con normalidad, que ignora si la suspensión implica un descuento salarial.
López aclara que sigue desempeñando sus tareas con normalidad, que ignora si la suspensión implica un descuento salarial.
Esto es el súmmum
total, se puede aburrir por la cantidad de anormalidades en el tratamiento del
tema:
- Si una persona amenaza con suicidarse en público, ante múltiples testigos, requiere imperiosamente se le evalúe psiquiátricamente; debe asegurársele la vida y a sus relaciones.
- Podrá abrirse una causa penal, pero ésta estaría condicionada al informe psiquiátrico pertinente.
- Un empleado suspendido no debe trabajar.
- Se le debe comunicar la suspensión fehacientemente, advirtiéndole que se descontará parte del sueldo y que el problema quedará registrado en su legajo.
En la misma charla de
confirmación logramos hablar con Cristian, otro destajista que fue despedido en
el mes de marzo luego de haber prestado servicio en el Municipio durante 2 años
en Mar de Ajó Norte.
Su sueldo osciló entre 2100- 2500 $, nunca fue beneficiado por horas extras. Fue sancionado con la prestación de servicio en San Bernardo (aparentemente funciona como destino de castigo “La Siberia”). Ante su negativa e intento de reincorporarse en Mar de Ajó fue expulsado con amenazas de castigo físico.
Esta síntesis de tres experiencias demuestra que los procedimientos “correctivos” son práctica habitual en el distrito, la violación de los derechos y legislación laborales algo cotidiano que da la sensación que este municipio es un feudo propiamente dicho, con códigos, normas y castigos particulares muy alejados de la constitución y leyes argentinas.
Su sueldo osciló entre 2100- 2500 $, nunca fue beneficiado por horas extras. Fue sancionado con la prestación de servicio en San Bernardo (aparentemente funciona como destino de castigo “La Siberia”). Ante su negativa e intento de reincorporarse en Mar de Ajó fue expulsado con amenazas de castigo físico.
Esta síntesis de tres experiencias demuestra que los procedimientos “correctivos” son práctica habitual en el distrito, la violación de los derechos y legislación laborales algo cotidiano que da la sensación que este municipio es un feudo propiamente dicho, con códigos, normas y castigos particulares muy alejados de la constitución y leyes argentinas.
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